Eras tan fuerte,
tan increíblemente alegre,
eras tan amable,
eras un hombre increíble.
Nadie pensaría que eras prisionero,
que llevarás un gran dolor,
tu alma estaba frágil,
tu corazón estaba roto.
Eras un hombre encantador,
siempre con positivismo,
siempre con una hermosa sonrisa.
Eras ese amigo,
ese hermano, ese confidente,
que muchos querían,
pero que pocos tuvieron la fortuna de conocerte.
Eras ese ángel para muchos,
ese amigo incondicional,
ese hombre a quien admirar.
Nadie noto tu tristeza.
nadie pudo curar tu corazón,
y eso fue apagando tu llama.
fue extinguiendo a tu corazón.
Eras un ángel para muchos,
pero aún eres un ángel para mi,
me enseñaste a sonreír,
me enseñaste a perseverar,
y aunque no te pude ayudar,
prometo llevarte siempre en el corazón,
siempre recordar tus enseñanzas,
para hacerte honor.
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